Este lunes 25 de Julio, se celebrará en la Hermandad
Gallega de Venezuela, sede Maripérez, el Día de la Patria Gallega. El
acto central de tan importante conmemoración será la Asamblea de la
Cámara de Representantes, en el Teatro Rosalía de Castro, a las 08:00
pm.
El orador de orden, será el Sr. Juan Manuel Giráldez Pérez, quien
es un destacado miembro de la colonia gallega y que ha desarrollado a lo
largo de su vida, una invalorable actividad en pro de la cultura y los
valores gallegos. A continuación se presenta un breve resumen de su
trayectoria:
Juan Manuel Giraldez Pérez
·
Nacido en Candean, en la ciudad de
Vigo, Provincia de Pontevedra, en 1932.
·
Su niñez transcurrió al lado de sus padres Manuel y Margarita, y sus
hermanos menores. Estudió en el
Colegio Salesiano, en Vigo.
·
A sus 25 años, como una gran parte de la juventud de nuestra tierra,
inició el camino de la emigración a Venezuela. A su llegada comienza de inmediato a
trabajar en Sudantex (una gran empresa textil) que le facilitó la oportunidad
de conocer a Venezuela por todo el interior.
·
En 1960 funda el Centro
Gallego de Puerto La Cruz, siendo
elegido como su presidente en 1961.
·
Para 1963, es fundador la Hermandad Gallega de Guayana en Puerto Ordaz.
·
Se ha destacado por su por su invaluable labor como Secretario de Cultura de la Hermandad
Gallega de Venezuela en Caracas, en tres oportunidades. En 1966, bajo la
presidencia de Alfredo Caamaño Suárez. En 1985, en la presidencia de Eduardo
Meilán. Y en 1995, bajo
la presidencia de Manuel Ulloa.
· En 1998 es nombrado Orador por Venezuela en
el Encuentro de Ambas Orillas en el
marco de Expo-Lisboa, en la ciudad de
Lisboa en Portugal.
· Asiste en 2009 como conferencista, en la Exposición sobre la Emigración Gallega en
Venezuela, de la Universidad de
Vigo en el Campus de Orense.
·
Casado con una caraqueña, con quien tuvo tres hijos: Lisbet, Juan y
Luis. Zaida, su esposa de quien dice, “…llenó por completo su vida. Y saber que por muchos años que viviera jamás
podría pagarle su amplitud y su nobleza para consigo”
·
Este extenso currículum, da cuenta de su prolongada y
valiosa entrega profesional y humana, que se ha traducido en una importante
contribución al desarrollo social y
cultural de la comunidad gallega de
Venezuela.
Significado del Día da Patria Galega.
El Día da Patria Galega, también conocido como el Día Nacional de Galicia, es la fiesta oficial de
la comunidad autónoma de Galicia, según decreto de la Junta de Galicia de 1 de
enero de 1979 publicado en el Diario Oficial de Galicia. Se celebra el día 25
de julio, día de la festividad del apóstol Santiago.
Los orígenes de esta celebración se remontan a 1919,
cuando A Coruña era todavía capital de Galicia, se reúne en Santiago de
Compostela la Asemblea de As Irmandades da Fala.
Intelectuales como los hermanos Vilar Ponte, Losada Diéguez, Risco o
Cabanillas, acordaron celebrar, el 25 de julio del año siguiente, el Día de
Galicia.
La revista A Nosa Terra, como órgano de
expresión de As Irmandades, festejaba desde sus páginas el 25 de julio
de 1920 el primer Día de Galicia, al que se refiere como una fecha "de
lembranza da Patria natural que dende antigo,
como agora e sempre, ha ser a única patria
verdadeira do home".
La celebración del Día de Galicia de 1920 fue
conmemorada solamente en algunos pueblos, pero al año siguiente, según
destacaba A Nosa Terra, "xa foi con mais solemnidade e en cuase
todol-os pobos da patria".
Los años iniciales tuvieron lugar celebraciones
muy festivas en toda Galicia e incluso fuera, con música y panfletos que
difundían la ideología galleguista. A Nosa Terra alentaba desde sus
páginas la celebración del 25 de julio y la utilización de la lengua gallega.
El significado que en ese momento se le dio al Día de Galicia era el de un día
de recogimiento, comunión, alegría... para todos los gallegos, "un acto
externo para que moitos dos nosos compatriotas se dean conta do que son, da
terra nai, á que teñen que volver si queren ser algo. Desta maneira despertarán
do seu sono e traballarán n-un futuro glorioso". Era también un día de fe
en el porvenir, en la fortaleza de la raza y en todos los gallegos.
Pero el estilo de las proclamas de A Nosa
Terra cambia radicalmente de un año para otro. La Dictadura de Primo de
Rivera, además de una férrea censura, impedía la celebración en público del Día
de Galicia, lo que se trasladó a las páginas del semanario en forma de desánimo
y de exhortación hacia la celebración interior. Una celebración íntima porque
"é no íntimo, entre nós e dentro de nós, onde temos de festexar o día
noso". A pesar de la censura, la revista de As Irmandades da Fala
se reafirmaba en sus convicciones y su deseo de lograr para Galicia la libertad
y el desarrollo "progresivo da nosa cultura e vigorización do sentimento
galeguista".
En 1930, con la retirada del dictador, el
optimismo vuelve a las páginas de A Nosa Terra y el 25 de julio se
puede celebrar públicamente. Al año siguiente los galleguistas festejaban su
día coincidiendo con las Cortes Constituyentes que habrían de aprobar la
próxima Constitución Republicana Española. En ella tenían As Irmandades
puesta su esperanza, y así lo reflejó A Nosa Terra: "Fumos nós quenes
creamos o ambente galeguista que hoxe respírase en Galicia. Nós fumos quenes
maxinamos e estructuramos unha Galicia nova e libre. Por eso agora que a nosa
ideia patriótica pode acadar posibilidades de feito o noso corazón brinca mais
emocionado que nunca e temos ante os ollos, con toda a súa crudeza, a
responsabilidade da labor realizada e da nosa autuación futura".
Las celebraciones del "25 do Santiago",
como se decía antiguamente, volvieron a retomar el carácter festivo que las
caracterizó en un principio, sobre todo tras el referéndum popular, el 28 de
junio de 1936, del primer Estatuto de Autonomía de Galicia. Más de un millón de
gallegos participaron en la votación. De ellos, 999.351 dieron el ¡Sí!
al autogobierno.
Parecía que por fin los galleguistas verían
alcanzado parte de su sueño, pero la Guerra Civil dejó inconcluso el proceso
autonómico del 36. La censura ideológica que impuso el General Franco (gallego
a pesar de todo) redujo de nuevo las celebraciones del Día de Galicia a una
misa por Rosalía de Castro en Santo Domingo de Bonaval y al nivel más íntimo,
el del propio pensamiento. Sólo los gallegos en la emigración podían
celebrarlo, con la lógica morriña de la diáspora.
Así lo hizo una de las personalidades más
destacadas de la historia de Galicia y mayor ideólogo del nacionalismo gallego:
Alfonso D. Rodríguez Castelao. Lo hizo en el Centro Gallego de Buenos Aires el
Día de Galicia de 1948, no sólo en el que fue su último discurso en público,
sino también su última creación intelectual. A Galicia, pues, la dedicó. Se
titulaba Alba de Groria, un discurso en el que expresaba la
"saudade" de los emigrados y daba forma a una imaginaria Santa
Compaña formada por todos los personajes de la historia de Galicia, gallegos
inmortales que Castelao inmortalizó en este discurso que constituye un
espléndido repaso a nuestra historia.
Cuando el Franquismo comenzaba a tocar fin junto
a la salud del dictador, en los 60, empezaron a organizarse manifestaciones
nacionalistas con motivo del Día da Patria
Galega, denominación que se acuñó en
1973 y que hoy perdura. Con la llegada de la democracia se aprueba el Proyecto
de Estatuto de Autonomía de Galicia por la Xunta preautonómica el 25 de junio de 1979. Tras
su presentación en el Congreso de los Diputados y su redacción definitiva, se
somete a la votación popular el 21 de diciembre de 1980. Ni siquiera medio
millón de gallegos dieron el visto bueno a la norma jurídica que da forma a la
idea de autonomía. El motivo de tan escasa participación fueron las
modificaciones que sufrió el Proyecto durante su paso por el Congreso. El
proceso de aprobación del Estatuto fue calificado de "aldraxe" y
provocó las mayores movilizaciones ciudadanas de la historia de Galicia.
Hoy, tras su entrada en vigor el 5 de junio de
1980, el Estatuto
constituye la base del ordenamiento jurídico de Galicia y regula el
funcionamiento de la autonomía. Plenamente desarrollado, el Estatuto es hoy
marco de convivencia en el territorio gallego. Goza del respeto institucional y
popular, y a su amparo discurre el día a día de Galicia, estando presente en la
vida cotidiana, tanto de los que lucharon o vivieron su implantación, como de
los que ya nacen bajo su vigencia.
Desde entonces, y hasta hoy, ha transcurrido el
tiempo necesario para conseguir, como avanzaron los primeros nacionalistas, que
"o 25 de xullo non haxa fogar galego, aldeán ou vilego, que deixe
desteriorizar o seu patriotismo no DÍA DE GALICIA".