![]() |
Rosalía de Castro |
María Rosalía Rita de Castro
nació el 24 de febrero de 1837, en Santiago de Compostela (España). Aunque en
su acta de bautizo figuró como hija de padres desconocidos, fue su madre una
mujer de la nobleza pero con carencias económicas, María Teresa de la Cruz
Castro y Abadía y su padre, un sacerdote (José Martínez Viojo). Su madrina,
María Francisca Martínez, al servicio de su madre, fue quien se comprometió a
cuidarla para que no pasara al orfanato. Mostró siempre inclinación para las
artes, no solo se apasionó por la literatura, sino también por la música, la
declamación y el dibujo. Su adolescencia estuvo dominada por una profunda
crisis debida al descubrimiento de su condición de hija ilegítima de un
sacerdote, y por una delicada salud, que jamás mejoró.
Lo que se destacó en la obra
de esta escritora y poetisa fue que escribió tanto en castellano como en
gallego, haciendo renacer esta lengua, lo que se dio en llamar “rexurdimiento”,
pues la literatura gallega había desaparecido desde los Reyes Católicos.
A los 12 años
escribió su primer libro, La flor, se publicó en Madrid en 1857 y
recibió elogiosas críticas de Manuel Martínez Murguía, crítico destacado del
Renacimiento gallego, con quien contrajo matrimonio al año siguiente. De esa
unión nacieron siete hijos, los dos últimos tempranamente fallecidos. Vivió en
medio de constantes penurias económicas, dedicada a su hogar y a sus hijos.
En 1858 publicó
“Lieders”, en “El álbum del Miño”. Un año después su primera novela, “La hija
del mar”. El desengaño amoroso fue el tema de su segunda novela “Flavio (1861).
Las tres obras citadas fueron escritas en castellano.
En 1863 escribió “A
mi madre” un libro de poemas dedicado a su madre, con toda la angustia que le
produjo su muerte, acaecida en 1862. A este siguieron los Cantares gallegos
(1863), canto a su Galicia rural, lleno de añoranza y denuncia ante la
explotación de los segadores por parte de Castilla. Con Cantares gallegos,
escrito íntegramente en lengua gallega, dio comienzo el renacimiento poético en
esa lengua.
Regresó después a la
novela con Ruinas (1866), historia de tres mujeres ejemplares y
desdichadas en el seno de un ambiente moderno que perciben como ajeno. Un año
después se publicó su obra narrativa más conseguida, El caballero de las
botas azules (1867), novela misteriosa y fantástica que conecta con lo
mejor de su labor lírica.
En 1880 apareció su
segundo libro en gallego, Follas novas, expresión angustiada e intimista
sobre la muerte y la soledad del ser humano. Cierran su producción literaria la
novela El primer loco (1881) y el poemario en lengua castellana En
las orillas del Sar (1885); este último continúa la línea de meditación
metafísica iniciada con Follas novas, si bien acentuando esta vez el
sentimiento religioso.
Su poesía, en particular, denota ansiedad, una inquietud angustiada ante
extraños presentimientos que se perciben como propios en el más cercano
entorno. Asimismo, su dolorosa sensibilidad proyectó un conjunto de magníficas
visiones del paisaje gallego en las que predomina una atmósfera gris de
tristeza indefinible. Esa sensibilidad fue la que transportó una concepción de
la naturaleza como la de una realidad animada, misteriosa, y cuyos signos más
visibles hablan de una vida doliente.